martes, 7 de diciembre de 2010

El origen del Belén

Los Evangelios de San Mateo y San Lucas hacen referencia de la anunciación del nacimiento de Jesús a los pastores y la adoración de los Reyes, entre otros detalles que nos hacen más cercano el nacimiento del niño Jesús.


El primer belén viviente del que se tiene constancia fue creado por San Francisco de Asís, en el año 1223 quiso hacer una celebración especial de la navidad, para ello invito a un noble del pueblo italiano de Greccio, a celebrar el nacimiento de Jesús, participando en el pesebre, animales, un buey, una mula, heno, pastores, frailes, etc., fueron los componentes de este belén y se realizo posteriormente una misa en procesión (hoy en día misa del gallo).

En los siglos XIV a XV es cuando los belenes fijos se convierten en algo habitual en las iglesias de Italia, posteriormente se introdujeron en las casas señoriales, siendo en los siglos XVII y XVIII cuando comenzaron a incorporarse en la burguesía y al correr de los años en el pueblo.

Los Belenes llegaron a España en 1759 de la mano de la Reina María Amalia de Sajonia esposa de Carlos III, que habían sigo reyes de Nápoles y Sicilia antes de serlo de España, fue allí (en Nápoles) donde descubrieron los belenes. Hasta entonces Nápoles había sido la cuna de los belenes, pero al venir a reinar en España María Amalia no quiso perder la bella costumbre del belén o nacimiento y lo introdujo en la corte española, donde fue acogido con entusiasmo. Durante su reinado María Amalia de Sajonia llego a encargar más de 200 figuras navideñas a diversos escultores españoles, aunque al principio las hacía traer de Nápoles. Esta tradición que cumplió las pasadas fiestas los 250 años (en España) se ha mantenido hasta nuestros días y se ha ido arraigando en las casas de los españoles como una de las tradiciones principales de las fiestas navideñas.

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