martes, 14 de octubre de 2008

El eje de la rueda de la vida

Cuando el Buda estaba sentado bajo el árbol bodhi vio dos cosas. Primero vio una gran rueda que abarcaba la existencia condicionada en su totalidad y contenía a todos los seres.

Vio que ésta se encuentra girando constantemente, día y noche, vida tras vida, época tras época.

En el eje de esta rueda observó tres criaturas: un gallo rojo que picotea golosamente la tierra, una serpiente verde con los ojos rojos brillando de ira y un cerdo negro que se revuelca en el lodo de manera inconsciente.


Las tres criaturas forman un círculo y cada una está mordiéndole la cola a la figura que tiene enfrente.

Las acciones hábiles y las torpes


Alrededor del círculo del eje tenemos un segundo círculo un poco más grande, dividido en dos mitades, una blanca y otra negra. En ellos hay figuras de hombres y mujeres.

Las de la mitad blanca están ascendiendo y sus expresiones reflejan gozo y alegría. Las figuras de la mitad negra están descendiendo, hundiéndose cada vez más. Sus expresiones son de angustia y terror.